Una verdadera pandemia de ataques estamos sufriendo las y los trabajadores al poder adquisitivo de nuestros salarios, a las condiciones de trabajo y en algunos casos al propio empleo, pese a que está en vigencia la ley antidespidos.
A siete meses de la llegada a Argentina del coronavirus, a la patronal y al gobierno jamás le interesó la salud de los trabajadores: un compañero en Siderar y otro en Cozzuol murieron por COVID 19. En la línea 202 hubo pico de contagios y el caradura de Corbelli, el mismo patrón de los despidos en la Línea Este, culpó a los propios trabajadores. En los supermercados como Wal-Mart o Nini se niegan a reducir la jornada laboral como medida sanitaria pese a sus ganancias millonarias. En YPF los compañeros de las tercerizadas se vieron forzados a volver al trabajo ante el brutal recorte salarial durante la “suspensión” por la pandemia, con lo cual fueron sometidos al contagio.
En las fábricas aprovechan para recortar tiempo del comedor, de descanso, para aumentar la productividad haciendo el mismo trabajo con menos gente. A sectores de la nueva juventud trabajadora como los repartidores ni siquiera les reconocen la relación laboral.
A la docencia se la somete a la precarización virtual al mismo tiempo que se abandonó y ajustó la educación pública sin invertir un peso en infraestructura y más cargos docentes para que los hijos de las y los trabajadores puedan volver a clases presenciales en 2021 en forma segura. También hay vaciamiento presupuestario en áreas como las de Derechos Humanos, Niñez, Mujer, Desarrollo Social. A los únicos que jerarquiza presupuestariamente el estado provincial es a las fuerzas represivas con aumentos salariales y equipamiento.
En todos lados se vio lo mismo: ataques al salario y las condiciones de trabajo. Lo otro recurrente es que los gremios están borrados. Pero empezó desde la primera línea a aparecer la respuesta como las enfermeras y el personal de salud que salieron a las calles con todo en el Día de la Sanidad a reclamar salario igual a la canasta familiar de 70 mil pesos y bono de 10 mil mensuales mientras dure la pandemia. En el Hospital San Martín las y los compañeros de Higiene se organizaron en la lucha por la defensa de su jornada laboral y dieron un paso en su organización independiente en asambleas para decidir. Los trabajadores de Niñez frenaron los despidos en el área. Así como en YPF empieza a moverse una “rebelion” por el misero acuerdo paritario. Por eso para frenar los avances es necesario organizarnos en los lugares de trabajo y asambleas.
Las y los trabajadores empiezan a salir a las calles pese a la burocracia sindical de todos los colores, que son cómplices de los ataques. Desde la Corriente Sindical 18 de Diciembre nos construimos en cada lugar de trabajo y gremio para organizar desde abajo la fuerza de los trabajadores.
Este sábado 17 de octubre a las 16 horas participá del plenario virtual por zoom.
Una verdadera pandemia de ataques estamos sufriendo las y los trabajadores al poder adquisitivo de nuestros salarios, a…
Posted by Corriente Sindical 18 de Diciembre – La Plata, Berisso y Ensenada. on Thursday, October 8, 2020