Rosario | Carlos Orellano: Violencia, encubrimiento e impunidad

Carlos Orellano fue encontrado sin vida luego de encontrarse desaparecido desde el lunes. La última vez que se lo vio estaba siendo agredido por la seguridad del boliche Ming House River y la policía .

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Nuevamente la juventud sufre la violencia y la impunidad del negocio de la noche.

Un nuevo caso de brutalidad contra la juventud sacude a Rosario. Durante el carnaval desapareció el joven obrero Carlos Daniel Orellano, que había salido a bailar con sus amigos el domingo a la noche y fue visto a la madrugada del lunes, siendo sacado a los golpes en dirección al Río Paraná por la seguridad del boliche Ming House en el Complejo La Fluvial.

Su familia inició una intensa búsqueda en el río y un reclamo de esclarecimiento y justicia, exigiendo que se ponga a disposición toda la información disponible para dar con el paradero de Carlos. La aparición de su cuerpo en el río hace minutos dejó el peor desenlace posible a la pelea de su familia por encontrarlo.

Carlos era obrero de Liliana, hijo de pescadores, y había salido a festejar con amigos el domingo de carnaval al boliche. Hasta la madrugada estuvo con sus amigos, bailando y activo en las redes sociales. “Hasta las 3.30 o más, subió fotos bailando. En un momento se abrió de los amigos, se fue a dar una vuelta por el boliche, porque dicen que se acostumbra a hacer así, y en algún momento se metió en el Vip sin la pulsera” describió Edgardo, su padre.

Allí habría tenido una discusión con la seguridad del local, compuesta de custodios privados y policía haciendo “adicionales”, donde lo golpearon, lo tiraron al piso de cabeza y luego lo sacaron a los golpes del boliche, hasta el borde de la baranda que limita el acceso al río. “La teoría que yo tengo, lo que yo pienso por lo que me contó gente, no quiero hablar mucho, es que tres patovicas me lo tiraron al agua, ahí, en el muelle 3” completó su padre.

 

La impunidad del negocio de la noche

A partir de allí todo se torna más oscuro: El dueño del boliche dijo que las cámaras de seguridad estaban para monitoreo, que no tenía grabaciones de lo sucedido adentro y al día siguiente Ming House abrió sus puertas como si nada.

Una policía, identificada por testigos como la uniformada que sacó a Carlos del boliche declaró haber visto a un joven “parado en la baranda del río” dando una descripción casi exacta del joven desaparecido y luego radicó una denuncia en la Comisaría segunda donde dijo que había escuchado el sonido del cuerpo cayendo al agua.

La búsqueda del cuerpo de Carlos estuvo encabezado por su familia, sus amigos y colegas pescadores que barrieron el río y se instalaron frente al boliche exigiendo respuestas. Paralelamente, la policía y el Ministerio de la Acusación iniciaron cada cuál su investigación, ambas inconcluyentes al momento.

Todo el caso está teñido por el encubrimiento y la impunidad. “El dueño (del local) me dijo que una vez que salió de ahí él ya no tiene responsabilidad porque está afuera del boliche, pero lo sacó el personal de él y después de que lo tiraron al agua abrieron una puerta lateral y se metieron al boliche. Entonces, era personal de ahí. A las 5.30 de la mañana. Espero que las cámaras funcionen, porque, qué casualidad, justamente las del boliche no funcionan”.

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