“18.Defensa de la educación y de la salud pública y gratuita, y aumentos de sus presupuestos. Basta de subsidios a la educación privada. Que el Estado deje de financiar a la Iglesia Católica. Separación de la Iglesia del Estado, que debe ser laico. Aplicación efectiva de la Ley de Educación Sexual Integral, con perspectiva de género. Por una educación nacional única, científica, estatal, gratuita y laica. No a la evaluación de docentes que impulsa el gobierno. Es la comunidad educativa la que tiene derecho a evaluar las políticas educativas del gobierno y denunciar sus intentos de privatización. 19. Contra la estafa de las prepagas y el negocio de las clínicas y sanatorios privados. Por un sistema nacional de salud pública y universal a cargo del Estado. Nacionalización sin pago de los laboratorios que lucran con la salud del pueblo. Por la provisión de medicamentos gratuitos a quienes los necesitan. Por la expulsión de la burocracia sindical de las obras sociales y el control democrático por parte de comités de trabajadores electos por la base.” (Manifiesto programático 11/8/19 Comité Ejecutivo Nuevo MAS, izquierdaweb.com)
Mientras los trabajadores de la Salud, como los del Hospital Garrahan y de los hospitales porteños siguen la pelea por su salario y condiciones de trabajo y llueven denuncias como las de los médicos de la localidad de Funes de la provincia de Santa Fe, que cobran $156 la hora de trabajo, gobierno y sindicalistas “se agarran de los pelos” sobre la anunciada reforma del sistema de salud.
Fue la vicepresidenta de la Nación quien tiró la primera piedra en el acto realizado en el Estadio Único de La Plata el 17 de diciembre pasado, luego continuó en el cierre del VII Encuentro Nacional de la Salud organizado por el espacio Soberanía Sanitaria que integra el Frente de Todos. ““Tenemos que ir a un sistema nacional integrado de salud entre lo público, lo privado y las obras sociales que optimice recursos. La pandemia nos dio la oportunidad de reformular el sistema de salud en tiempo récord, pero es necesario hacer un esfuerzo diferente”. (Télam, negritas en el original, 19/12/20)
Allí, en esa oportunidad, le siguió en un tono más combativo el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof: “el negocio de la salud es uno de los secretos mejor escondidos del capitalismo”, “una acción transformadora se afectan intereses que reaccionan”. “Detrás de lo que conocemos como la salud, hay negocios multimillonarios. Espanta saber cuánto se mueve y eso es el resultado del neoliberalismo, que se llevó puestos gobiernos para ganar dinero con el sistema sanitario”. (Íd, negritas en el original)
Las respuestas del lado de los sindicalistas no se hicieron esperar. La mesa chica de la CGT, convocada de urgencia, encabezada por su referente, Héctor Daer, demostró su preocupación y defendió a rajatabla su “negocio”… perdón, las obras sociales como sistema solidario. Otros, como Omar Plaini (secretario general del gremio de Canillitas), se mostró más dispuesto y abierto a discutir un nuevo proyecto de atención de la salud integrado, declarando, al mismo tiempo, su apoyo al presidente de la Nación, “ninguneando” las declaraciones de la vicepresidenta. Antonio Caló, titular de la UOM, se manifestó en el mismo sentido: “Yo estoy de acuerdo con el Presidente, las opiniones son distintas. El que manda, el que tiene el bastón de mando es el Presidente y yo lo avalo; la señora vicepresidenta, (a la) que le tengo el mayor de los respetos, tendrá que hacer la función legislativa”. (Mundo Gremial, 12/1/21)
Desconocemos declaraciones de los dueños de los “negocios multimillonarios” al respecto. Coincidimos con el gobernador de la Provincia de Buenos Aires de que es un secreto muy bien escondido del capitalismo. Pero no parecen preocupados porque su “secreto” se devele en el marco de esta reforma al sistema de salud. El mismo presidente lo tranquilizó al dueño de Swiss Medical, Claudio Belocopitt, al recibirlo al día siguiente que éste se ofuscara por la suspensión del aumento del 7% en las cuotas de las empresas de medicina prepaga. “El Gobierno de ninguna manera está planteando una estatización del sistema de salud ni nada que se le parezca” (Infobae, 6/1/21, negritas en el original). Un contundente regalo de Reyes para el empresario.
Los que aumentaron su preocupación con el transcurrir de los días fueron los titulares sindicales, quienes encomendaron a sus técnicos que analicen un documento redactado en 2019 por Nicolás Kreplak, actual viceministro de Salud bonaerense, y quien propusiera en ese texto la creación del SNISA (Sistema Nacional Integrado de Salud Argentino). Estiman que puede ser un anteproyecto que vuelva a aparecer en escena y, si es así, confirme un avance fuerte sobre sus obras sociales.
El mito de que las obras sociales “son de los trabajadores” ya fue sepultado hace décadas por los sucesivos gobiernos, tanto civiles como militares, que modificaron su reglamentación. Así como la burocracia sindical convalidó los cambios sin dar pelea, así como avalaron la promoción descarada de la atención de la salud privada de la mano del menemismo en los 90, con el boom de las prepagas y empresas privadas de salud. Siempre a favor del manejo a nuestras espaldas y en contra de nuestros intereses.
Las necesidades de atención de los trabajadores que reciben las prestaciones y las de los laburantes de la Salud son las “olvidadas de siempre” en la agenda de gobernantes y seguidores. Ante la embestida del “nuevo sistema de salud integrado” reafirmamos que la salud tiene que dejar de ser un negocio y garantizar este derecho a pacientes y trabajadores.