Lejos, muy lejos quedaron las proyecciones hechas por el presupuesto 2021 sobre los aumentos de precios en nuestro país. Aquel optimista 29% que Guzmán pronosticaba para todo el corriente año será alcanzado en la mitad del tiempo previsto.

Es que a punto de terminar junio, el Ministro de Economía admitió que la inflación de este mes será «parecida» al 3,3% registrado en mayo. A pesar de ello, Guzmán declaró que de todos modos la inflación está en camino «descendente» y que se esperan números mensuales en torno al 2% para la segunda mitad del año.

De confirmarse esta cifra para junio, el país ya prácticamente habría alcanzado el número previsto por el presupuesto para todo el año, ya que llegaría a un acumulado del 25%. Además, a nivel interanual alcanzará el 50%, una cifra muy lejana a prácticamente cualquier acuerdo paritario que se haya firmado en ese período.

Varias consultoras privadas parecen confirmar este escenario. El estudio Eco Go estima un 3,1% y C&T prevé que estará entre el 3% y el 3,5%. La consultora FIEL arroja el número más alto, estimando un 4% para este mes y un 51% anual.

Es verdad que mayo y abril estarían un poco pode bajo de los números del primer cuatrimestre del año, pero parece poco consuelo teniendo en cuenta los altos índices inflacionarios de ese momento. El promedio mensual en los primeros cuatro meses del año fue del 4,1%, con un pico de 4,8% en marzo.

Las paritarias, bien gracias

En este contexto inflacionario el poder adquisitivo de los salarios vienen en caída libre. Como hemos informado desde Izquierda Web, el salario real se encuentra en su nivel más bajo en 18 años.

Frente a esta situación, el Ministro de Trabajo Moroni declaró en una entrevista a El Destape que «En la medida en que los salarios empiecen a ser afectados por la inflación vamos a reabrir las paritarias».

Sorprende que el Ministro esté esperando a que los salarios «empiecen» a ser afectados por la inflación, como si ese paulatino y creciente deterioro no vendría desde meses e incluso años con los distintos gobiernos.

Si al deterioro salarial se le suma el nivel histórico de informalidad laboral que ha alcanzado nuestro país durante la pandemia, se tiene como resultado que la situación de la clase trabajadora es crítica, mientras los grandes medios siguen respondiendo a la agenda de los empresarios.

El gobierno deja correr la precarización y el abaratamiento que significa para los empresarios la licuación de los salarios vía inflación. Para hacer todo esto, cuentan con la pasividad cómplice de la burocracia sindical, que hace meses que está desaparecida de la escena política mientras la situación económica de millones de trabajadores es cada vez más angustiante.