Si bien Alberto Fernández decretó la cuarentena obligatoria, la realidad es que hay un enorme sector de trabajadores que no pueden cumplirla porque necesitan salir a laburar para llevar un plato de comida a su casa.
Muchas patronales que no producen servicios esenciales obligan y exponen a los trabajadores haciéndolos asistir a sus lugares de trabajo, o les dan la licencia pero sin contemplar el 100% de sus salarios.
Suspensiones y despidos a lo largo y ancho del país, como el caso del multimillonario Paolo Rocca que echó a casi 1500 trabajadores en plena cuarentena. Ahora salió el decreto de suspensión de despidos pero no es retroactivo, con los cual no revierte los despidos efectuados estos últimos días, y habilita la rebaja salarial.
Con una economía que acumula años de recesión, con salarios deprimidos, creciente desocupación, trabajo informal y pobreza, las recientes paritarias no lograron recuperar nuestra pérdida salarial de los últimos años de macrismo.
A todo esto se le suma el aumento desmedido de precios en alimentos y productos de primera necesidad.
Cuidemos a los que nos cuidan
Es necesario que los sindicatos abran sus puertas al servicio de organizar la cuarentena solidaria en el Estado. Así como hemos visto a docentes, auxiliares y el activismo organizando la entrega de alimentos en las escuelas, estudiantes universitarios que organizan colectas o produciendo alcohol en gel.
Las y los trabajadores estatales necesitamos que nuestros sindicatos sean un canal abierto a la cuarentena solidaria.
Para tener un estado de situación, de relevamiento de las necesidades que van apareciendo.
Un canal de comunicación y organización entre las distintas juntas internas y delegados.
Ya sea para la producción o colecta de insumos de barrera para la atención en hospitales.
Espacios de cuidado para hijas, hijos e hijes de trabajadores de la salud que no tienen con quién dejarlos.
Exigir que los ministerios que no están realizando tareas esenciales se reconviertan ante esta eventualidad y se pongan a realizar las tareas que sean necesarias (con medidas de salubridad o trabajo domiciliario), ya sea de atención telefónica por reclamos sanitarios, fabricación de insumos, distribución de alimentos, cuidado de hijos de trabajadores afectados a servicios esenciales, viandas, etc.
El bono de 4 cuotas de $5000 es insuficiente.El sistema de salud lo sostienen las y los trabajadores.Enfermeras, enfermeros, camilleros, médicos residentes, trabajadores de ordenanza, limpieza, en su mayoría son sostén de familia y deben tener más de un trabajo para poder vivir; es necesario duplicar sus salarios y mejorar sus condiciones laborales.
Cuarentena si, violencia no
En 10 días de cuarentena hubieron 11 femicidios; y en lo que va del 2020 una mujer muere cada 23hs producto de la violencia machista y patriarcal.Los llamados por denuncias de violencia de género han aumentado con la cuarentena.
Hace falta más presupuesto y personal para la Línea 144, que se destinen los hoteles para alojar víctimas de violencia. Una cuarentena solidaria que contraste con la militarización y el despliegue de las fuerzas represivas. Que tienda puentes entre los de abajo con las y los trabajadores de la salud. Que tienda puentes con las trabajadoras que atienden a mujeres en situación de violencia.
Presupuesto para salud en base al no pago de la deuda externa e impuestos progresivos a los empresarios.
Basta de vivir con salarios por debajo de la línea de pobreza. Pase a planta de todos los precarizados
Hay muchos compañeros contratados que no cobran sus salarios hace tres meses (muchos se encuentran realizando tareas esenciales), que ATE se ponga al frente de este reclamo, para que se pague lo adeudado, como así también se reviertan los despidos (42 despidos en Vialidad, más de 50 en Educación, entre otros), y se haga efectivo el pase a planta permanente de todos los precarizados.
Precisamos garantizar una cuarentena solidaria con medidas universales para que todas y todos la podamos cumplir.