Mienten: Ajustaron a los jubilados

Los números confirman que la “Ley de Solidaridad y de Reactivación Productiva” fue desde un primer momento una ley de ajuste.

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“Algunos opositores y algunos medios quieren hacerle creer a la gente que estamos haciendo un ajuste”

Alberto Fernández

Finalmente se conoció el índice de aumento a los jubilados dispuesto por decreto presidencial, luego de la suspensión de la movilidad jubilatoria macrista por seis meses. Los números confirman que la “Ley de Solidaridad y de Reactivación Productiva” fue desde un primer momento una ley de ajuste.

En la conferencia de prensa del anuncio Fernández fue acompañado por Vanoli y Volnovich, titulares de ANSES y PAMI, que remarcaron que “el 86,8 por ciento de los beneficios del sistema de seguridad social, que reciben 11,8 millones de personas, tendrán un incremento en su haber que superará el 11,56 por ciento que hubiesen percibido con la fórmula aprobada en 2017”.


Este dato llevaría a pensar que los jubilados no son ajustados, pero esa afirmación como mínimo engañosa. Ese porcentaje incluye todas las prestaciones del ANSES (AUH, Asignaciones Familiares, Pensiones no contributivas, etc.) y si lo comparamos con el 50% de los jubilados de la mínima es directamente falso.

El aumento de $1.500 y del 2,3% implica un 13% de aumento para los jubilados de la mínima que se eleva de $14.068 a $15.892 con lo que efectivamente el aumento para ellos es mayor al de la Ley suspendida, en $ 197. Pero como a partir de allí  para la mayoría de los jubilados del régimen general el “aumento” será menor al que les correspondía; por ejemplo, de $2.200 para una jubilación de $40.000 (ver cuadro).

El aumento definido por el Gobierno representa un ahorro fiscal para el Gobierno, según el insospechado de opositor Pagina 12. Sin embargo, Vanoli aclaró: “El efecto fiscal es neutro si se tiene en cuenta el bono de 5000 pesos. La suspensión de la movilidad no fue hecha para hacer un ajuste, sino con un criterio de redistribución y solidaridad”.

Hay que ser muy cínico para pedirle solidaridad al jubilado o pensionado que cobra más de $20.000, que la “redistribución” sea  que el 25% de los jubilados que cobran más de dos mínimas financie el “aumento” de menos de $200 con relación a la movilidad macrista. Pero este es el espíritu de la ley: la solidaridad la ponen los trabajadores, la gran patronal recoge los beneficios.

La magnitud del ataque se dimensiona si pensamos un instante que las comparaciones oficiales se refieren al índice aprobado por el Parlamento en diciembre de 2017 y que significó el principio del fin del gobierno de Macri. Fernández no está dispuesto no ya a volver a la movilidad anterior a Macri, ni respetar la actualmente suspendida: planea un nuevo coeficiente de ajuste que sea “pagable” según sus propias expresiones.

Hasta el propio Presidente tuvo que salir por twitter a explicar que el análisis del oficialista CEPA (Centro de Economía Política Argentina), que la mayoría de los medios citaban para cuantificar el recorte era difundido de un “modo sesgado”.

Y es que a pesar de las contorsiones de dicho  informe sobre inflación futura, efectos positivos sobre el consumo y pérdida del poder adquisitivo de los jubilados con Macri, tiene que terminar reconociendo “el aumento implicaría una reducción del monto de jubilaciones agregadas de unos $5.5000 millones” (mensuales agregamos).

El sesgo que se queja el Presidente viene por el lado que CEPA especula que  la inflación estimada para marzo-mayo de 2020 sea de un 8%, y siendo que el monto total de jubilaciones aumenta un 8%, entonces no se podría hablar de ajuste. Pero la función del ajuste jubilatorio es recomponer el deterioro causado por la inflación pasada, no consolarse con una supuesta menor inflación futura. Es decir que en el mejor de los casos el aumento de las jubilaciones se mantiene en las miserables condiciones del macrismo. Para una amplia masa de jubilados, en realidad es aún menos.

Por más declaraciones que hagan Fernández y Guzmán de que “no hay ajuste”, están yendo más lejos con los jubilados que donde fue Macri en 2017, y todo el actual oficialismo que se escandalizó entonces hoy trata de justificar la medida invocando la “emergencia” cuando en realidad se están postrando en el altar del Fondo Monetario Internacional.

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