El pasado 4 de agosto durante la madrugada el gobierno llegó a un acuerdo con los tres principales grupos de acreedores que habían rechazado la última propuesta ofrecida.
Ante esto, Manuela Castañeira – dirigente nacional del Nuevo MAS, declaró: «Alberto Fernández ha terminado cediendo a todas las exigencias de los especuladores internacionales. El pago de la deuda demandará entre 2025 y 2035 unos 10.000 millones de dólares anuales como mínimo. Esto sin contar que a partir del año que viene se comenzará a pagar la deuda que se tiene con el FMI. Manteniendo al país encadenado a los buitres externos es imposible acabar con la miseria y la desigualdad. Es más, significará imponer mayores medidas de ajuste para garantizar la «sostenibilidad fiscal» y poder así reunir los fondos necesarios para pagarle al FMI y a los acreedores extranjeros».