La CGT marcha por el «Día de la Lealtad» y apoya al nuevo Gabinete

Los supuestos "dirigentes" del movimiento obrero no movieron un dedo en casi dos años de ajuste y ahora marchan... en apoyo del gobierno que ajusta.

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Les agarró el susto… de seguir perdiendo votos

Ahora se avivaron que el PRO y sus aliados vienen por todo. No hicieron nada para frenar la precarización, los despidos, la baja salarial. En síntesis: la reforma laboral encubierta por la crisis de la pandemia y la vista gorda de los dirigentes sindicales que no movieron un dedo para defender los derechos.

Se “avivaron” de golpe que se prepara una reforma laboral. Le llama Pablo Moyano “intento neoliberal de atacar a los trabajadores”. ¿Así que todos fueron “intentos”? ¿No hubo despidos en las plantas de Techint, en Empleados de Comercio, en el ferrocarril? ¿Y los avances en el trabajo precario, no sólo de los más “visibles” como los/as trabajadores/as de reparto por aplicación, sino en las mismas grandes fábricas del conurbano y del interior?

Fueron ciegos, sordos y mudos… hasta que les agarró el miedo de seguir perdiendo votos en noviembre.

Los/as trabajadores se expresaron con la abstención y el voto bronca

Pero ni aún con la amenaza ya escrita, propagandizada públicamente por la oposición, presentado en el Congreso el anteproyecto de reformas antiderechos, convocan a media medida de lucha, a media asamblea. No, lo único que repitieron desde los distintos espacios sindicales, llámense Moyano, Yasky, Daer, es que hay que conformar una CGT fuerte, que contenga a todos los sectores, para enfrentar el proyecto antiobrero.

Y el clan Moyano picó en punta para sumar nuevos gremios a su espacio. En su ambiciosa carrera, hasta presentó lista opositora para disputar el sindicato de Boxeadores Argentinos Agremiados. Y se apuntó una adhesión de mucho peso, no sólo numérico, también político por la situación de fuerte crisis social: la UTEP, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular. Mantuvieron una reunión con Pablo Moyano y otros dos dirigentes de ese espacio el Secretariado Nacional de dicha organización.

Moyano, Sassia y Palazzo ya sellaron un acuerdo para pelear unidos sus respectivos agrupamientos (Frente Sindical por el Modelo Nacional, Sindicatos en Marcha para la Unidad Nacional y Corriente Federal de Trabajadores) por los cargos a disputar en la central. Dicen nuclear a 80 organizaciones gremiales. Esta pelea por la unidad por arriba de los diversos agrupamientos sindicales burocráticos nos es ajena. No está presente ningún reclamo nuestro ni siquiera para disimular sus intenciones exclusivamente a favor del gobierno y de sus bolsillos.

La convocatoria a la Marcha de la Lealtad lo reafirma: “(…) ‘La marcha va a tener tres ejes: el desarrollo, la producción y el trabajo, que son los temas fundamentales y tienen que ser la agenda política y social de los próximos tiempos’, detalló.” (Infogremiales, 16/9/21)

Siempre más de lo mismo: cháchara para que los empresarios duerman tranquilos, que ellos no los van a despertar. Lo único que les preocupa es que no se “les escape la tortuga” de las elecciones de noviembre, como se les escaparon las PASO. Llaman a confiar en ellos, para conformar una CGT amigable con los empresarios, que contenga el malhumor social con dosis de promesas y con dilaciones en medidas más drásticas contra los/as trabajadores/as. Pero dilaciones, no puesta en marcha de una ofensiva desde la futura central para repeler todos los ataques. Los que pasaron, los que van a venir, los que están elucubrando mientras releen azorados los votos provincia por provincia, región por región y ¡no lo pueden creer, si hicieron todo bien!

Si las centrales siempre fueron incondicionales al gobierno, con el cambio de ministros posterior al cimbronazo de las PASO, parece que están más que contentos. El ex ministro de Educación Nicolás Trotta, que era aliado de Víctor Santa María, secretario general del SUTERH, parece ser el único aliado incondicional que perdieron con los cambios.

“(…) Uno de ellos es Juan Manzur, el flamante jefe de Gabinete con el que, sobre todo, el cotitular cegetista Héctor Daer mantiene una estrecha relación basada en los lazos que comparten con empresarios de la salud. Otro es Julián Domínguez, nuevo ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, que desde hace años es asesor de SMATA y de la UOM, además de tener predicamento entre las organizaciones de la Confederación de Sindicatos Industriales, como la UOCRA. (…).” (Infobae, 21/9/21, negritas en el original).

Expresaron su alegría en forma cristalina: “(…) La integración del nuevo gabinete es una muestra de equilibrio y federalismo, y la incorporación del compañero Juan Manzur aporta una visión aguda sobre la problemática nacional y reafirma la vocación federal de nuestro espacio.

“Valoramos la confirmación del Ministro de Trabajo Claudio Moroni, quien en su momento defendió los puestos de trabajo e impidió los despidos, además de sostener la negociación colectiva en plena crisis sanitaria.” (…) 18/9/21 Consejo Directivo Nacional. (Mundo gremial, 20/9/21)

Para no dejar lugar a dudas de su fidelidad, Hugo Moyano, Héctor Daer, Vanes Siley, Antonio Caló y Ricardo Pignanelli estuvieron presentes en la jura de los nuevos ministros.

Primer salvavidas de plomo: Salario mínimo, vital y móvil

Adelantaron urgente la reunión que estaba programada para el 30 de setiembre para la semana pasada y a partir de resolución del día de la fecha del salario mínimo, vital y móvil, éste se elevó a $ 31.104 mensual y $ 155,52 por hora, ambos a partir de este mes, o sea, a cobrar en octubre. Una primera “concesión” que es poner monedas en nuestros bolsillos mientras los dólares frescos van a parar al FMI.

Salarios de miseria, despidos declarados o encubiertos, precarización… esos temas están vedados en los salones de la Casa Rosada, de los ministerios y de las centrales. Nos tiran un hueso, hasta que se aviven que no somos perros, ni lauchas.

Que nuestras necesidades y aspiraciones están en nuestra agenda y que las vamos a poner en pie. No sólo con un voto castigo o una abstención. Ese fue un gesto. Gesto al que a veces nos circunscribe como opción frente a nuestras miradas las reglas del voto en la democracia burguesa, pero que nosotros sabremos transformarlo en lucha y organización. Lo opuesto a lo que desean nuestros enemigos de clase.

Pero sí es lo que realmente puede parar la mano a las acechanzas de reformas laborales y demás ataques por derecha y por arriba, desde el poder político y los obsecuentes ministros… perdón, dirigentes sindicales de la CGT y las CTAs.

El titular de la CGT Héctor Daer siempre con la precisa…

En declaraciones que realizó el día 26/9, afirmó: “Los salarios le tienen y le van a ganar a la inflación”. Con la misma firmeza se refirió a la deuda con el FMI: “Es otra tarea pendiente y que hay que tomar. Pagar tal como está planteado es de una imposibilidad absoluta”. (Infogremiales, 26/9/21)

Su seguridad asombra, su ausencia total de alternativa real, efectiva, política, para concretar sus dichos, es exasperante… No dice ni una palabra, ni media propuesta de cómo lograr que los salarios le ganen a la inflación ni tampoco como “pagar la deuda de otra manera”. Lo que sí nos queda claro es que no ofrece alternativa ni en un tema ni en otro a las del gobierno nacional: que los salarios se sigan hundiendo y seguir pagando al FMI sin chistar.

¡Basta de declaraciones para la tribuna! ¡Necesitamos propuestas concretar para salir del pozo los trabajadores, las mujeres y la juventud!

Parémosles la mano nosotros antes a la oposición de derecha y su plan abiertamente antiobrero, así como el plan del gobierno de entrega al FMI a costa del ajuste de nuestros bolsillos, nuestra salud, nuestra educación.

A los ajustes que se vienen se los para con la lucha y organización independiente y consecuente, no con la conciliación con los empresarios, el gobierno y su recién estrenado gabinete.

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