China: Cuando ser lamebotas anula la lucha contra la epidemia

La epidemia de Covid-19 en Wuhan se extendió a la velocidad del rayo y se transformó en una pandemia global. Pudo haber sido evitada desde el principio. Hubieron varias semanas para evitar que se extendiera a todo el país antes del “chunyun”, Festival de la Primavera, que durante el año nuevo chino 2018 transportó a 3 billones de pasajeros hacia y desde sus pueblos o ciudades natales.

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Coronavirus en China

Sin embargo, Beijing actuó muy tarde pese a que el gobierno municipal de Wuhan ya tenía conocimiento desde mucho antes sobre la propagación. Hemos visto dilaciones similares en el Reino Unido y en Estados Unidos. De muchas maneras, Trump y Xi Jinping son espejos de sí mismos en términos de su arrogancia, ignorancia y su desprecio hacia especialistas. Sin embargo, el caso chino sigue desplegando características distintas en comparación con el oeste si miramos más cuidadosamente a cómo se desarrollaron los eventos en las semanas cruciales entre diciembre 2019 y enero 2020.

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¿Qué hizo Xi Jinping a principios de enero?

En abril de 2020, la información sobre el primer caso confirmado de un paciente con Covid-19 remitía al 1ro de diciembre de 20191. Empezando desde mediados de diciembre, “hay evidencia que la transmisión de humano a humano ocurrió entre contactos próximos desde mediados de diciembre 2019”2. Hospitales locales enviaron sus muestras a Vision Medical en Guangzhou para testeos y el 27 de diciembre, la secuenciación del genoma, “los resultados mostraron una alarmante similitud con el mortal coronavirus Sars”, como lo reportó Caixin.com3. Vision Medical inmediatamente reportó sus hallazgos a la Comisión de Salud Provincial de Hubei. Sin embargo, entre el 1 y 3 de enero de 2020, tanto la Comisión de Salud provincial como la nacional les dijeron que destruyeran sus muestras, que dejaran de hacer testeos de ahí en adelante y que no difundieran sus hallazgos al público.

Mientras tanto, el 30 de diciembre, denunciantes anónimos publicaron online dos documentos de la Comisión de Salud de Wuhan en los que se mencionaba neumonía de causa desconocida, forzando a la Comisión de Salud de Wuhan, por primera vez, a anunciar que habían 27 casos de “neumonía viral”, pero suavizando la importancia del virus al decir que no eran casos de transmisión de humano a humano. Las dos afirmaciones fueron mentira.

A nivel nacional estaba sucediendo algo más grande. El 10 de enero iba a empezar la afluencia de viajes por el Festival de la Primavera. Si se autorizaba a que se llevara adelante, definitivamente iba a propagar el virus a lo largo del país a la velocidad del rayo. Tic-Tac.

En vez de la Comisión Nacional de Salud, fue el Centro Chino de Control de Enfermedades y Prevención (CDC) el que hizo sonar, ante la emergencia el 6 de enero, el alerta interno de grado 2, y la cúpula de líderes del partido fue notificada del nuevo virus descubierto. Al día siguiente, el Comité Permanente del Politburó se reunió y discutió sobre el nuevo coronavirus como un evento de segundo orden. Un mes después, ante el crecimiento del descontento con las autoridades, Xi Jinping reveló su informe interno para mostrar que había estado liderando al partido en la lucha contra el virus todo este tiempo. La entrada más antigua del informe referido al virus, fue sobre su observación en la 7ma reunión del Politburó, donde se informa que “hizo pedidos de prevención y control del brote de coronavirus”. No dijo qué tipo de pedidos. Si hubiesen sido sustanciales y útiles, no se hubiese olvidado de mencionarlos. El hecho de que no lo hiciera, es probablemente porque no fueron pedidos sustanciales. Su acción, o mejor dicho, su inacción, también parece apuntar a ese escenario, porque no hay ningún registro, en dicho informe, de que él haya hecho algo entre el 7 y el 20 cuando el virus se propagó como fuego. No hizo nada en esas dos semanas cruciales más que observar que la afluencia de viajes y el banquete de Wuhan (ver abajo) siguiera como estaba planificado. Finalmente, publicó una instrucción pública el 20 en la que “debemos atribuir gran importancia a la epidemia y hacer lo mejor que podamos para prevenirla”4. La “instrucción” del 20 fue levemente más sustancial pero era demasiado tarde. Para ese momento, decenas de millones de pasajeros estaban en camino a sus ciudades o pueblos natales. ¿No debió haber dicho Xi eso el 7 cuando ya era consciente de que el virus podía transmitirse de humano a humano y que cientos ya estaban infectados? Al hacer público su discurso interno, al poco tiempo de haberlo hecho, Xi quería mostrar que venía actuando sobre la pandemia desde temprano. De hecho, el discurso sugería lo opuesto.

Un informe de Ming Pao de la 7ma reunión del Politburó sugirió que Xi y/u otros líderes pudieron haber dicho algo más catastrófico. De acuerdo con el informe, “el líder” ahí decidió que aunque se hiciera prevención del brote, “no debía causar pánico o afectar el ambiente festivo del año nuevo lunar entrante”5. Obsérvese que el primer mensaje sobre prevención de un brote fue equilibrado por un segundo mensaje en que prácticamente se leía “¡no se atrevan a causar pánico y afectar el ambiente festivo del año nuevo lunar entrante!”. Todos los mandarines debajo entenderían inmediatamente qué mensaje venía primero. Entonces, continuaron promoviendo el festival mientras contenían las noticias sobre la epidemia que se avecinaba.

Para asegurarse de que todo pareciera normal, las autoridades del municipio de Wuhan y de la provincia de Hubei, decidieron seguir adelante con sus dos reuniones planificadas del Congreso Popular y de la Conferencia Política Consultiva Popular, durante el periodo del 6 al 17 de enero. Éstas fueron seguidas de un gran festejo el 18 de enero que involucró a 40.000 familias. Gracias a estos eventos públicos, el virus se propagó incluso más rápido. Tres días después, Xi Jinping hizo su “instrucción” el 20. Sólo después de que el líder máximo hablara, sus subordinados empezaron a actuar y pusieron a Wuhan en cuarentena el 23. Sin embargo, 5 millones de residentes de Wuhan ya se habían ido, sumándose a cientos de millones de pasajeros en la afluencia de viajes.

 

Reglas ocultas anulan la ley

De acuerdo con lo que dicen expertos, si solo se hubiesen hecho prohibiciones de viajes y reducciones de contactos “una semana, dos semanas o tres semanas antes en China, los casos se hubiesen reducido al 66%, 86% y 95% respectivamente y el número de áreas afectadas se hubiese reducido significativamente”.6

¿Por qué las autoridades de Wuhan actuaron de la forma en que lo hicieron? Esto nos lleva a un debate sobre determinadas características de la burocracia del PCC. Una de ellas es que aquello que diga la ley no es tan importante como lo que un superior pueda pensar. Cualquier chino continental común y corriente, si puede hablar libremente, te dirá que simultáneamente habían dos juegos de reglas en pie, una es la ley, la otra es el “quianguize” o las “reglas ocultas”7. Esta última es siempre más importante. Adivinar lo que piensan tus superiores es considerado un elemento importante de la regla oculta, también. Veríamos cómo esta lógica burocrática china se desplegó en esta pandemia.

De acuerdo al artículo 38º de la ley de Prevención y Control de Enfermedades Infecciosas, “el anuncio de información concerniente a enfermedades infecciosas debe ser correcto y sin dilaciones”. El artículo 65º estipula que los departamentos gubernamentales que no cumplan con lo dicho previamente, serán sujetos a penalidades administrativas o procesos penales. Ahora con la revolución de la información, es mucho más fácil implementar la ley para salvaguardar el bienestar de la gente. El brote de 2003 de SARS empujó a la CDC China a desarrollar un alerta automatizado -en línea- de enfermedades infecciosas y fue implementado a lo largo de China en abril de 20088. También es llamado el Sistema de Información China para Control y Prevención de Enfermedades (CISDCP). Antes, “las CDCs locales enviaban un reporte mensual a la CDC nacional. Con el CISDCP, hospitales y clínicas ahora reportan inmediata y directamente a través de internet”9. Sin embargo el 29 de diciembre, cuando los hospitales de Wuhan reportaban casos de neumonía con causa desconocida al distrito y a la comisión municipal de salud, esta última, en vez de decirles que informen directamente a través del CISDCP, le dijo al distrito que “espere instrucciones de nuestros superiores”. El 5 de enero, la comisión de salud de Wuhan revisó el manual para reportar, robándoles a hospitales su poder de hacer informes directamente y otorgándoselo a las comisiones provinciales de salud. Sumado a este cambio, la comisión también requirió a hospitales que informen a las cadenas de mando de las comisiones de salud distritales, municipales y provinciales con doble control, una por una.10 De un solo golpe, los oficiales de salud anularon tanto la ley como el CISDCP.
Desde que la pandemia se extendió a lo largo del globo, el PCC ha pergeñado una gran propaganda auto-proclamatoria mediante la burla a cómo Trump y otros países occidentales han manejado de mala manera la crisis. La administración de Trump actuó pobremente. Sin embargo, hay, como mínimo, una diferencia entre Estados Unidos y China. Mientras que Anthony Facui del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID) puede criticar abiertamente a Trump, cualquier experto chino que hiciera lo mismo se expondría no sólo al riesgo de ser despedido pero también al de ser detenido o simplemente “desaparecido”. No solamente los líderes del partido se paran por encima de las leyes, sino también se paran por encima de la ciencia y de los científicos también. Es porque piensan que ellos saben más que cualquier otro o que son omniscientes. No importa que tan brillante sea un científico en China, son los burócratas quienes tienen la última palabra, incluso enviando al científico a prisión por decir la verdad. No sorprende que cuando el Politburó fundó la fuerza especial de tareas de nueve miembros el 25 de enero para lidiar con la pandemia, no creyó necesario incluir a ningún especialista en pandemias.

Xi le recordó discretamente a su partido el 7 de enero que incluso cuando se necesitaba hacer algo por el coronavirus, no debía afectar el ambiente del Festival. ¿Por qué estaba tan preocupado por el Festival? Se recuerda a los lectores que llevar felicidad a la gente durante el Festival de la Primavera es un proyecto de Estado. Es transmitido en la Gala del Festival de Primavera de la Televisión Central y celebrado en año nuevo. Tras ver la magnitud del evento, los chinos le agradecerían al partido, nuevamente. Cualquiera al que le resulte familiar la historia del imperio chino, conocería que el emperador necesitó que le dijeran una y otra vez que sus sujetos vivían felizmente y permanecían agradecidos a él, al punto tal que incluso el Río Amarillo se purificó de su usual sedimentación y se transformó en transparente y que el mar se volvió tranquilo. Odiaba las malas noticias. Sus subordinados sabían esto demasiado bien, y después de ser testigos del trágico destino de aquellos que fallaban, los oficiales de bajo nivel necesariamente se transformaron en “yes men” y nunca dudaron en glorificarlo independientemente del costo social.

 

¿La versión moderna del Frankenstein de Mary Shelley?

Debemos considerar que la pandemia 2019 tuvo su precuela en la epidemia SARS 2003. El principal protagonista en ambas es el mismo PCC, que actuó de la misma manera en 2019 que 2003. Sólo el virus es distinto; la versión 2019 ha sido más contagiosa y mortal.

Ahora mismo el gobierno chino está haciendo una nueva legislación en bioseguridad y lo ha elevado a un problema de seguridad nacional. La ley, nuevamente, incluye artículos sobre el castigo a quienes osen mentir sobre la epidemia. Quizás ahora los comentaristas occidentales no estén tan entusiastas con la reforma social del partido al hacer nuevas leyes como lo hicieron en el pasado. Muchos se sintieron engañados. ¿O quizás hubo una dosis de auto desilusión también? El reconocido economista húngaro, Janos Kornai, escribió un artículo en el Financial Times el pasado julio con el título Economistas comparten la culpa por la transformación monstruosa de China. Él confesó cómo había asesorado a altos oficiales del PCC en 1985 para introducir reformas en China “mediante el shock eléctrico de la marketización y la propiedad privada”, pero eventualmente su emprendimiento sólo se convirtió “en una versión moderna del Frankenstein de Mary Shelley”11.

Creo que también Clinton nos debe una disculpa por haber dicho esto en su discurso en el 2000:

“Al incorporarse a la OMC, China no está simplemente acordando importar más de nuestros productos, está acordando importar uno de los valores democráticos más preciados: libertad económica.”12

La UE por ese entonces compartió la misma política de “cambio mediante el comercio”13. Pero la historia ha probado que el reconocimiento a la “libertad económica” del PCC no resultó en ningún cambio democrático. La competencia de mercado es el “imperativo categórico” del capital, pero la democracia no.

Si Kornai hubiese alguna vez hablado con trabajadores lo suficiente, podría tener una perspectiva diferente. Después del ingreso de China a la OMC, una ONG de Hong Kong publicó un libro Voces desde abajo – El ingreso de China a la OMC y los trabajadores chinos, que fue una recopilación de entrevistas a trabajadores. Años pasaron desde entonces pero el recuerdo de esas entrevistas permanece conmigo. Uno de ellos dijo: “Las empresas estatales se convertirán en empresas privadas, los líderes también se convertirán en capitalistas”; otro se burló de extranjeros que ponían demasiada confianza en las letras de las leyes y de los acuerdos de la OMC, sin darse cuenta de la importancia de “guanxi” o “conexión privada”14.

Irónicamente, cuando las organizaciones sindicales debieron haberse dado cuenta, algunas de ellas siguieron confiando en que con la organización sindical oficial ACFTU promoviendo leyes laborales, implicaba que el sindicato oficial estaba haciéndose más y más pro-obrero, y entonces empezaron a convocar a una gran estrategia de “política de compromiso” con ACFTU. O cuando Beijing empezó a tener leyes sobre asociaciones civiles (ONGs) algunos líderes de ONGs internacionales las vieron como un gran paso adelante hacia el avance de la sociedad civil en China.

 

Una burocracia mitad moderna y mitad pre-moderna

El nudo de la cuestión es que, sin embargo, “reglas ocultas” en general y “guanxi” en particular siempre vienen antes que las leyes. Hace poco menos de tres años, cuando escribí sobre el 19° Congreso del Partido, hablé sobre los elementos pre-modernos del PCC15. Este elemento político pre-moderno demanda de sus propias filas una especie de lealtad y obediencia similar a la servidumbre personal pre-moderna. El lado positivo de este nivel de lealtad es que hace que el líder se sienta más confiado de su poder, el lado negativo es que es altamente divisionista porque necesariamente crea un mecanismo de competencia feroz por la confianza de los altos líderes entre la burocracia subordinada, y entonces crea múltiples camarillas y peleas internas. Esto frecuentemente degenera en una carrera loca hacia el fondo, poniendo en acción aquello que llamo la supervivencia de los más inescrupulosos. En segundo lugar, su hiper centralización del poder obliga a los burócratas de menor grado, cuando implementan la política del líder, a exagerar las cosas para salvarse el pellejo y también cosechar sus propios beneficios, sin considerar las consecuencias. Hemos visto esto primero en el caso de Hong Kong y ahora nuevamente con la pandemia.

Este retorno a la tradición política de la China Imperial tentó a Fei-Ling Wang a argumentar en su libro The China Order: Centralia, World Empire, and the Nature of Chinese Power que la China actual “es una reencarnación de la política Qin-Han” que apunta a la expansión global y entonces necesariamente entra en conflicto con Estados Unidos16. “Qin” hace referencia a la primera dinastía unificada fundada por Qin Shishuang en 221 a.c. “Han” hace referencia a la dinastía Han que sucedió a la Qin. Pienso que la ventaja de este concepto es que captura la cultura política pre-moderna del régimen de Beijing, pero tiene un lado negativo también. No nos olvidemos que estuvo delirantemente comprometido en movilizar a la gente en la industrialización y modernización chinas. Sus características modernas de pie junto a sus características pre-modernas. El impulso industrializador del partido tuvo una consecuencia no intencionada. El partido transformó a China en un país con una población altamente educada, una sociedad urbanizada, una gran clase trabajadora y clase media – que ciertos cientistas políticos consideran clases democráticas17. Nadie sabe esto mejor que el PCC. Es también una de las principales razones por la constante paranoia del partido ante el mínimo signo de disidentes y de malestar.

Que los líderes más altos se obsesionen con la autoproclamación no está por fuera de la cultura pre-moderna. Las burocracias se enriquecen mediante el camino moderno, el camino del capitalismo, no mediante las viejas formas imperiales de la apropiación directa del excedente agrícola. Se enriquecen más rápido que su contraparte en el mundo porque son capaces de combinar el poder del Estado coercitivo con el poder del capital en sus manos, y entonces devoran una parte más grande de excedente social a expensas del pueblo –irónicamente- con la ayuda de países occidentales. Son conscientes de que fueron demasiado codiciosas, un enemigo del pueblo demasiado evidente, por eso, por un lado, gastaron una buena parte del dinero público en espiar a la gente y, por otro lado, les lavaron el cerebro con cuán grandes sus líderes son. No es por una cuestión de vanidad que Xi requiere que sus subordinados lo glorifiquen sin parar. Es un emprendimiento colectivo para justificar su codicia y paralizar las mentes de la gente, así dejan de pensar por sí mismos. Irónicamente, la tendencia del PCC a exagerar masivamente las cosas puede llevarlo por el camino de la profecía autocumplida.

La presente pandemia ya ha demostrado signos de malestar. Después que Li Wenliang murió, millones de internautas lo lamentaron, y cientos de miles de ellos postearon saludos hacia él. Un residente de Wuhan incluso se atrevió a decir esto:
“Espero que la gente entienda que… lo que necesitan es un gobierno que proteja el interés primordial de todos y cada ciudadano. Este interés primordial no tiene que ver solamente con propiedad, sino también con vidas! Si soy lo afortunado para vivir, no voy a estar más preocupado con la mierda del gran resurgimiento de nuestra nación! Ni tampoco del pedo del perro (de la Iniciativa) del Cinturón y la Ruta. No me va a importar… si Taiwan es independiente o unificada (con el continente)! En esta crisis sólo deseo tener arroz para comer y ropa para vestir!… Soy antes que nada un individuo, una persona viviente! Perdón, no puedo permitirme amar a un gobierno y a un país que permite que me pudra en un momento de crisis!

Publicada originalmente en inglés por nobordersnews.org

Traducción de Natalia Faga para Izquierda Web

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