Traducido del francés por Luz Licht

Luego de que la Conferencia Nacional del NPA se reuniera el fin de semana para decidir la posición del partido ante las presidenciales del 2022, reproducimos a continuación el documento de la Plataforma 5, presentada por la Fracción l’Étincelle (La Chispa) y Anticapitalisme et Révolution (Anticapitalismo y Revolución), al cual nosotros desde Socialismo a Barbarie adherimos. Este texto fue publicado en l’Anticapitaliste n°574.

Las últimas instancias de preparación de la Conferencia Nacional (CN) del NPA se llevan a cabo al momento en que nosotros escribimos y los primeros resultados comienzan a aparecer.

Un partido militante y vivo

Más de 1.200 militantes han tomado parte en los debates, casi tantos como en el anterior congreso. El hecho de que se mantengan tantos militantes activos luego de casi un año de confinamiento y de la ruptura de la CCR (Corriente Comunista Revolucionaria) es un primer resultado bastante bueno. A su vez, es un resultado que traduce la desconexión entre la actividad real de los comités de base y una dirección que, al fallar a la hora de centralizar esa actividad, fallar en cuanto a las perspectivas políticas, insiste mucho más en la “crisis” del partido que en las formas de superarla.

El NPA está sumamente vivo como partido militante revolucionario. Después del congreso de febrero del 2018 se renovó, notablemente durante la aparición del movimiento de los Chalecos Amarillos y la huelga contra la reforma jubilatoria. El partido incorporó nuevos miembros, jóvenes y trabajadores ganados en una situación política de polarización, producto del avance de la extrema derecha y el autoritarismo estatal al servicio de las patronales de un lado y, de la actualización a escala mundial de la lucha de clases y los levantamientos populares por el otro. Una situación de polarización que la pandemia agudizó aún más –y que nos pone ante la responsabilidad y la posibilidad de no solamente mantener, sino fortalecer una herramienta revolucionaria como es el NPA.

De este modo se nos impone el aprovechar toda ocasión para defender nuestro programa de lucha anticapitalista y revolucionario, particularmente en las elecciones, lo que no hemos hecho prácticamente desde las elecciones presidenciales de 2017.

 

Romper el frente político con la izquierda reformista

El hecho de no haber ocupado ese terreno ha llevado a una fracción del partido a proponer alianzas electorales, por lo tanto, programáticas con la FI (Francia Insumisa). Estas alianzas no han hecho más que confirmar el abismo que nos separa de los aparatos de la izquierda reformista, también llamada “radical”. Un abismo en cuanto al programa (cabe una mención especial al pedido de subsidios para las patronales “bajo condiciones” que realizaron en la región de Occitania), un abismo sobre los medios para obtener conquistas (a través de los representantes electos, donde las reivindicaciones se limitan a demandas regionales), un abismo también en cuanto a la actitud frente a los partidos del régimen (ante la posible fusión en la segunda vuelta con el PS –Partido Socialista- en Occitania).

Y todo esto ¿por qué? ¿Dónde está la supuesta “dinámica” prometida? Si a penas superó el 5%! La FI solo va a servir de fuerza auxiliar de la izquierda del régimen. Un rol que le sirve para preservar sus posiciones institucionales: la FI apunta a una fusión con el PS y los Verdes en Île-de-France (región parisina metropolitana) en la segunda vuelta, fusión que están dispuestos a asumir incluso desde la primera vuelta electoral.

Hay que romper con esta orientación que busca una alianza con la Francia Insumisa que han impulsado Philippe Poutou y Olivier Besancenot, la cual no permite mantener un mínimo de claridad política, ni dirigirse a las amplias masas, ni siquiera discutir con el sector de los militantes más combativos de esa izquierda. Esto es lo que propone la Plataforma 5 (PF5), cuyo texto fue el segundo más votado en esta CN, quedando por detrás por solo una decena de votos de la Plataforma 2.

 

Por una candidatura que asuma sus colores

Aunque modestos, los resultados de LO (Lutte Ouvrière/Lucha Obrera) indican que se mantiene un espacio para las corrientes de extrema izquierda con los 320.000 votos que obtuvo, centrados en los barrios y ciudades populares, logrando cifras similares a las de las regionales de 2015 pese al aumento de la abstención. Por iniciativa nuestra, el NPA llamó a votar a LO. Como dijimos, estos resultados confirman la existencia de un espacio para una corriente de extrema izquierda que debe ser capaz de ir hacia las clases populares que decididamente rechazan los escenarios que se anticipan y proponen por arriba, entre otros, como la adhesión a políticos de la izquierda del régimen para evitar una “derechización” y polarización entre la RN (RassemblementNational/Unión Nacional de Marine Le Pen) y En Marche (LaREM/La República en Marcha de Emmanuel Macron).

Una enorme mayoría de la CN se pronunció por una candidatura de estas características, con una fuerte demanda de una renovación generacional y política entre los potenciales candidatos y los portavoces del partido. Una moción fue adoptada en ese sentido y, las/los militantes trabajadores y de la juventud, reconocidos en sus espacios por sus ideas emancipatorias y su compromiso con las luchas, fueron propuestos para representarnos. Hay que ir hasta el final en este camino, no para dar un salto al vacío, sino para dar un salto cuantitativo y cualitativo hacia el fortalecimiento del NPA como una herramienta de cara a la construcción de un partido revolucionario.

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