La noticia fue confirmada en el marco de una reunión en la que participaron Alberto Fernández; el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; el presidente de Ford Argentina, Martín Galdeano y en la que también estuvo presente Ricardo Pignanelli, secretario general de SMATA, sindicato de mecánicos; entre otras personas.
Según trascendió, actualmente un 70% de la producción de Ford Pacheco se destina a la exportación, principalmente a Brasil y a otros destinos del Mercosur y Sudamérica.
En esa misma planta, hasta abril de 2019 se producían dos modelos, la camioneta Ranger y el sedán Focus. Para ese entonces, Ford decidió concluir la producción del Focus, que se producía en Argentina desde agosto del 2000. Para darle continuidad a su nueva versión Focus IV en su planta de Alemania para las versiones más full y a las más base en China. Con el cese de la producción del Focus y con la complicidad de la conducción del SMATA, se estima que se perdieron alrededor de 700 puestos de trabajo.
No es casualidad que estos anuncios lleguen cuando el salario está tan devaluado en términos del dólar. Los trabajadores de las terminales han perdido entre 150 y 300 dólares de salario mensual, por las continuas devaluaciones del pesos en estos últimos años.
El anuncio de las inversiones, resulta una grata noticia para los trabajadores que ven de alguna manera en ello la continuidad de su fuente laboral. Compartimos ese sentimiento, a la vez que desde estas páginas queremos alertar a los compañeros, de con estas inversiones van a venir adosada una presión para profundizar la reforma laboral de hecho y la destrucción del Convenio Colectivo de Trabajo. La empresa y el SMATA han resuelto hace aproximadamente dos meses, la contratación de compañeros y compañeras para cubrir a los trabajadores que están licenciados por ser grupo de riesgo de COVID-19. Esos nuevos trabajadores están con contratos trimestrales renovables, pero peor aún haciendo tareas a las que por Convenio Colectivo correspondería que le den categorías asignadas a las tareas productivas, cuando están con la mínima categoría. Eso, que implica un ahorro impresionante para Ford, es también una presión inmensa para que la empresa busque “sacarse de encima” a los compañeros efectivos, prejubilar a los mayores de 60 años, empujar al retiro voluntario al resto y seguir quitando conquistas históricas.