“El Bauen nos quedó chico”

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Primeros apuntes del Plenario Nacional de 5 y 6 de diciembre
Esta fue la primera conclusión de las delegaciones de todo el país presentes en el plenario del partido en el Bauen. Con representación de 18 regionales, 110 delegados, 300 compañeros y compañeras de la barra siguiendo las deliberaciones, fue evidente para todos los presentes que nuestro partido ha avanzado en extensión nacional y que se prepara para un salto constructivo en el próximo periodo (subrayando que se trató del segundo evento nacional del partido en el año luego de la conferencia de marzo pasado).
A continuación presentaremos algunas de las principales conclusiones del evento, a la espera de una cobertura mayor en las próximas ediciones.
 juventud
Guerra de clases en el horizonte  
 
El debate giró en torno de algunas definiciones principales: el carácter del gobierno que viene, los problemas de la conciencia obrera y el escenario de la lucha de clases para la cual prepararse.
Desde el informe se alertó que para desarrollos más generales se requiere de una determinada distancia con los acontecimientos en curso que no podemos tener hoy, pero sí estarán presentes en abril próximo, cuando realicemos el congreso partidario.
La clave de la discusión estuvo en tomar nota, caracterizar, que el gobierno de Macri se prepara para lanzar un enorme ataque sobre los trabajadores.
Cuando lo definimos no solo como un gobierno que viene a hacer un ajuste sino que, a la vez, tiene una connotación reaccionaria, lo que estamos señalando es que, independientemente del resultado de la pelea, de lo que se trata ahora es de prepararse para enfrentar los ataques que vienen.
Esto parte de la comprensión de que el gabinete formado por Macri expresa toda una “declaración de intenciones”. Si el bando enemigo prepara un ataque, desconocerlo sería una imprudencia, por decir lo menos.
En el plenario llegamos a colocar el ejemplo de la Operación Barbarroja durante la Segunda Guerra Mundial para ejemplificar lo que queríamos decir. Como es conocido, Hitler le puso en las fronteras a Stalin 3.000.000 de soldados (juntamente con los pertrechos más modernos del armamento militar del momento), lo que evidentemente significaba que el ataque se vendría de manera inminente.
Sin embargo, desconociendo estos hechos, e incluso los informes llegados de espías que trabajaban para la ex URSS en Alemania y Japón, Stalin se negó a reconocer la realidad, lo que terminó causando enormes pérdidas para el país.
El desenlace de la guerra fue, finalmente, que la ex URSS derrotó al nazismo gracias a la conquista que todavía subsistía de las ventajas de la economía planificada, y gracias a que los explotados y oprimidos tomaron en sus manos la guerra contra el invasor nazi.
Sin embargo, si Stalin no hubiera desconocido el ataque que se venía, no se hubiera perdido la vida de los 3.000.000 de soldados que murieron solo en los primeros seis meses de la guerra.
Conclusión: cuando se viene un ataque hay prepararse para él, independientemente de cualquier “elucubración” que podamos hacer; esa es la primera tarea si no se quiere perder la pelea.
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Los avatares de la conciencia obrera
 
 
El segundo elemento que se destacó es lo confundida que arranca la clase trabajadora respecto del carácter del gobierno de Macri, sobre todo entre los trabajadores industriales de la zona norte del Gran Buenos Aires y de Córdoba, los núcleos obreros más concentrados del país.
En el plenario se avanzó en comprender que existió un elemento de “voto castigo” contra el kirchnerismo de parte de la clase obrera cuando votó a Macri.
No es que los trabajadores no repitieran las mismas motivaciones que cruzan la cabeza de las clases medias (“acabar con la cretina”, “dejar de bancar a los ñoquis”, que “la Cámpora vaya a trabajar” y cosas por el estilo).
Pero no se debe perder de vista que a la vez, de manera distorsionada, los trabajadores dieron cuenta de que a pesar de que consideran el nivel de empleo actual como una conquista, de todas maneras, gobierne quien gobierne, ellos siguen siendo explotados: siguen con la rutina de ir a trabajar, siguen “encerrados” en las fábricas, siguen siendo, por así decirlo, “el último orejón del tarro”.
No es cualquier cosa para las expectativas de los explotados un gobierno que dura 12 años y que en este aspecto esencial no modifica un ápice las cosas.
De ahí que, de manera equivocada, expresando los elementos de su conciencia falsa, creyeran que cualquier otro que venga podrá mejorar las cosas.
El reverso de este sentimiento, marcado también en el plenario, es que los trabajadores tienen en su haber aspectos muy concretos que consideran parte de sus conquistas.
Es verdad que al comienzo del gobierno de Macri las cosas no serán tan simples; sobre todo si logra el apoyo de la burocracia sindical, especialista en garantizar la gobernabilidad. De ser esto así, las primeras luchas serán seguramente muy duras y de vanguardia.
Pero de todos modos, en algún momento llegará la “hora de la verdad”. Varios compañeros obreros del partido plantearon que creían que dicho momento llegará con las paritarias: ahí sí podrían desatarse luchas más de conjunto cuando los trabajadores sientan afectado directamente su bolsillo.
Es decir, como se señalaba en el documento preparatorio del plenario nacional, una cosa es que a los trabajadores les cueste tener conciencia de sus intereses históricos como clase, y otra muy distinta que no tengan una fina conciencia de sus intereses inmediatos.
El gobierno de Macri intentará hacer valer un elemento contra el otro, intentará apoyarse en la legitimidad electoral obtenida para pasar por arriba de las conquistas de los trabajadores; de todas maneras, la cosa no le resultará tan sencilla: la clase trabajadora viene de una recuperación estructural en la última década y sin mayores derrotas; las que han ocurrido en el último periodo, incluso graves como las de Gestamp y Lear, han sido mayormente de vanguardia, no de la clase en su conjunto.
Es esta realidad la que augura grandes enfrentamientos en el horizonte, horizonte para el cual los trabajadores, la izquierda clasista y nuestro partido debemos prepararnos.
 
Analogías históricas
 
Si bien en el plenario se insistió en esperar un tiempo para dar definiciones categóricas, el segundo elemento subrayado fue el otro polo de la relación de fuerzas. Por un lado, el gobierno reaccionario con la legitimidad obtenida, por el otro el problema de que las relaciones de fuerzas no han sido saldadas en la lucha de clases directa.
En este punto el plenario apeló a una serie de analogías históricas, a modo ilustrativo. Por ejemplo, la comparación con el menemismo.
Compañeros delegados recordaron cómo en los primeros años de Menem hubo grandes luchas: el destino no estaba sellado, ocurrieron dos grandes hiperinflaciones (trauma social que facilitó la tarea del ajuste) pero también grandes luchas como las de los ferroviarios, docentes, telefónicos, siderúrgicos, etcétera, luchas dirigidas por la burocracia sindical que las llevó a la derrota.
Pues bien: no es tan simple llevar al terreno de la lucha de clases un resultado electoral; incluso si ese resultado viene acompañado por una serie de desarrollos similares en el resto de la región y es acompañado de una coyuntura mundial desfavorable.
También se remarcó la falta de “cintura política” del gabinete de Macri, la preocupación reflejada por analistas burgueses como Orlando Ferreres acerca de la “falta de verdaderos políticos en su gabinete”.
Macri ganó y tiene el gobierno en sus manos. Pero su triunfo electoral estuvo lejísimos de ser por “abrumadora mayoría” y, más allá del papel que vaya a cumplir el kirchnerismo (ver editorial en esta misma edición), las fuerzas deben aún ser probadas.    
 
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La hipótesis de una radicalización en la experiencia de lucha  
 
La definición más importante del plenario, en definitiva, fue la del centro de nuestra política: se acabó la política del ni/ni: se trata de concentrar la pelea en derrotar al gobierno de Macri.
Que se entienda bien: no solamente derrotar su ajuste, obvio aspecto central de la pelea, sino de derrotarlo de conjunto de manera de reabrir el ciclo que Macri pretende venir a clausurar.
Además, dado el carácter de gobierno representante directo de los empresarios, y dado su carácter reaccionario, podría llevar a una radicalización y experiencia más profundas de amplios sectores que la ocurrida bajo los K.
Es verdad que atendiendo al rol del kirchnerismo, habrá que ver si este emerge, nuevamente, como una nueva mediación. Por lo pronto, dado el carácter burgués de esta corriente, sería un grave error oportunista esperar que desde sus filas venga la verdadera oposición a Macri (otro cosa es que hay que dialogar con su base social, tener una política de exigencias y denuncias en relación a ella).
En todo caso, de lo que se trata para los revolucionarios no es dar “grandes batallas parlamentarias” (como de manera oportunista parece haber definido el PO), o tener referencias caprichosas y autoproclamatorias que impidan unificar las peleas (PTS), sino colocar el centro de nuestra política en la lucha de clases: impulsar la más amplia unidad de acción al tiempo que se redoblan los esfuerzos por la realización de un encuentro nacional unificado de los trabajadores contra el ajuste.  
 
Hacia un salto cualitativo del nuevo MAS
 
En el plenario nacional se tomaron una serie de resoluciones políticas y de construcción. Lo que se “respiró” en el plenario es que nuestro partido está más cerca de un salto cualitativo como organización.
No es algo fácil. Siguen por delante multiplicados esfuerzos por nuestra inserción obrera y laboral (¡aunque el plenario también verificó avances en este sentido!), multiplicar la extensión estudiantil, así como avanzar en la formación en las luchas de toda la nueva generación partidaria que se ha sumado a nuestras filas, sin olvidarnos de la defensa de nuestra legalidad nacional (¡que también será un índice de crecimiento, apuntando a superar la decena de legalidades!).
En todo caso, como “no hay mal que por bien no venga”, el vuelco a un ciclo de luchas endurecido en el próximo periodo puede ser una escuela para la formación en la lucha de clases directa de nuestra militancia.
En otro orden de cosas, el plenario tomo nota de que terminamos el 2015 con el enorme triunfo de los 100.000 votos obtenidos en las PASO, la proyección nacional de una figura como la de Manuela, la conquista de la interna de la Pilkington, la histórica delegación de nuestras compañeras de Las Rojas al encuentro en Mar del Plata, todo lo que explica el salto en las filas militantes que estamos experimentando, y que el plenario rebozante de compañeros y compañeras en el Bauen expresó.
¡Definitivamente los salones del Bauen nos han quedado chicos!  
 

Voces del plenario nacional del Nuevo MAS

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Jorge “Chupete” Ayala
Todas las expectativas están en el Plenario. Preparándonos para lo que venimos analizando, el futuro ajuste macrista, porque es evidente que el macrismo viene para ajustar a los trabajadores, a los sectores más débiles, más vulnerables. Desde el partido, como revolucionarios, nos preparamos para lo que estamos caracterizando como una guerra de clases, decimos. Se va a ver reflejado en los lugares de trabajo, con respecto a la movilización también, si es que nos tocan alguna concesión que hicieron justamente a estos sectores vulnerables que estamos diciendo. El Plenario nos está armando justamente para esta guerra, pero más que nada justamente pensando cómo va a responder la clase trabajadora. Preparándonos para lo que se viene.
Marcos MDP
Este Plenario tiene una importancia muy grande, ya que estamos en una nueva etapa. Se terminó la era del kirchnerismo, vamos a una época mucho más aguda, de enfrentamientos más duros de clase contra clase, así que también la importancia de discutir con todos los compañeros del partido a nivel nacional. Teniendo en cuenta que la elaboración política la hacemos de conjunto y que la construcción partidaria también la hacemos de conjunto. Y también educar en cómo salir a enfrentar este durísimo ajuste que se viene con el macrismo, que ya el gabinete está reflejando la política que quiere implementar Macri. De todas formas, la agenda que quiere implementar va a tener que pasar por la prueba de la realidad, la lucha de clases, en la cual, discutiendo con compañeros, sobre todo de otras organizaciones, yo digo que no es volver a los 90, teniendo en cuenta que hay una recomposición obrera a partir de lo que fue la rebelión del 2001. Hay una posición ganada por los trabajadores y es esta recomposición obrera la que va a tener que hacer frente y probar también en la realidad para que no pase el duro ajuste de Macri. Lo importante es seguir discutiendo con todos los compañeros cómo salimos a enfrentar justamente eso, buscando la más amplia unidad en todas las luchas, de cara a lo que se viene.
Manuela Castañeira
Estamos en el Plenario Nacional del Nuevo MAS que viene siendo un éxito, con centenares de compañeros y compañeras de todo el país. Un verdadero orgullo haber podido poner en pie un evento nacional de estas características. Y tiene que ver con que el Nuevo MAS es muy responsable y se prepara para enfrentar al gobierno que viene. Hemos venido haciendo un análisis muy exhaustivo del tipo de gabinete con el cual Macri intenta gobernar la Argentina: un gabinete al servicio del imperialismo, de los holdouts, de todo lo más granado de la burguesía, de los sectores más rancios del empresariado argentino puestos a gobernar. Eso es un gabinete, por parte del macrismo, para ir a la guerra contra la clase trabajadora y los sectores populares. Desde el Nuevo MAS entendemos que hay que alertar a estos sectores: a los trabajadores, a las mujeres, a la juventud, que se han  movilizado a lo largo de esta década sobre qué características tiene el gobierno de Macri y qué busca hacer. Desde ese punto de vista, al discusión viene siendo muy interesante, hay muchísimas representaciones sindicales de trabajadores, del movimiento obrero, de estatales, docentes, estudiantiles, del movimiento de mujeres, que están mostrando cómo sus sectores empiezan a dar la discusión para prepararse para esta situación. Es muy interesante escuchara a los compañeros trabajadores de las distintas zonas industriales de nuestro país: la Zona Norte de la Provincia de Buenos Aires, de Córdoba, de la zona del cordón de San Lorenzo, Rosario, Villa Constitución. Muy interesante cómo discuten ya con sus compañeros si ven que las burocracias, toda esa dirección sindical tradicional se acomoda para permitirle una gobernabilidad al macrismo y a todos no sólo para imponer un ajuste, sino imponer nuevas coordenadas en la vida política argentina, que es un gobierno mucho más conservador. No se trata sólo del ajuste. Van más allá que ajustar, que es imponer una Argentina más neoliberal, más hacia la derecha, con bajos salarios, con pocas conquistas democráticas.
Vamos a enfrentar esta situación, porque este Plenario también refleja que vivimos en el país del Argentinazo, vivimos en el país de los paros generales, en un país con mucha tradición de la clase obrera, donde también otros movimientos se suman a la lucha. Como fue este año el caso del NiUnaMenos en nuestro país o el Estudiantazo hace unos años nada más. Sobre todo eso nos vamos a apoyar y desde ese punto de vista, otra de las discusiones importantísimas de este Plenario es un llamamiento al FIT a que dé cuenta de esta nueva situación, se ubique y junto al Nuevo MAS llame a Encuentros obreros de base para poder coordinar a los trabajadores y a las distintas internas a que salgan a enfrentar las condiciones que el macrismo quiere imponer a los trabajadores y a los de abajo en general. Así que, desde ese punto de vista, han sido muy interesantes las discusiones de este primer día y nos seguimos preparando para cuando asuma el macrismo y el gobierno que viene. Para defender con uñas y dientes los derechos de los de abajo. Y todo esto con una perspectiva de cuestionarlo todo y revolucionarlo. Seguimos manteniendo que una alternativa socialista es necesaria para nuestro país y nuestra región.
Iara Carmona
Como mi primera experiencia en el Plenario del Nuevo MAS, nuevamente reiterar lo que hace hincapié el partido en la lucha de las clases, en enfrentar el gobierno que viene, sin importar de qué partido vengan. Todos los que estén dispuestos para luchar, estar ahí acompañando la lucha de clases. Me pareció el Plenario muy interesante porque escuché a un montón de trabajadores, de sus experiencias en el trabajo y de lucha que tienen y de alguna forma, como que nos simpatiza en el sentido de que estamos todos bastante unidos y dispuestos y preparándonos para lo que se venga.
Marina Hidalgo
Estamos en el plenario de Nuevo MAS porque nos pareció una necesidad poder juntarnos para pensar y empezar a prepararnos para enfrentar este nuevo ciclo que va a encarnar este gobierno reaccionario de Macri que ya anunció que va a tacar a los trabajadores en primer lugar. Yo soy delegada estatal, tenemos además el problema que vamos a ser los primeros en recibir los golpes del ajuste de este gobierno. Macri y todo su gabinete ya avisaron que “sobran” miles de trabajadores; lo cierto es que no se están preparando para sacarse de encima a los “ñoquis”, a las patotas que ellos tienen en el sindicato, sino a los trabajadores y los activistas que queremos enfrentar el ajuste. Obviamente, como trabajadores estatales no contamos con el apoyo del sindicato, ya todas las burocracias nos han advertido que se están alineando con el gobierno o que se van a tomar vacaciones de acá a marzo y van a esperar a ver qué pasa, así que esto nos pone con la responsabilidad de salir a  prepararnos para derrotar este gobierno.