Sean Monterrosa fue asesinado de 5 disparos el 2 de Junio pasado en una movilización por George Floyd. Tenía 22 años y era hijo de un matrimonio de Argentinos que viven en San Francisco, California. El cobarde que le disparó, lo hizo mientras Sean se entregaba, estaba de rodillas y con las manos en alto.

La manifestación fue en Vallejo, estado de California. El joven vivía en San Francisco, y su familia también. Quien les dio aviso a sus hermanas Ashley y Michelle, fue la pareja de Sean por teléfono. De inmediato viajaron y fueron a buscar información al Departamento de Policía.

A Monterrosa lo llevaron al hospital donde afirmaron su defunción. El agente que le disparó lleva 13 años en la fuerza. La Policía de Vallejo dio un informe en una conferencia de prensa dos días después, donde informaron que los oficiales llegaron a dispersar un saqueo, entre las personas que corrían uno paró y se arrodilló hacia el patrullero. En ese momento vieron un arma en sus bolsillos y uno lo ejecutó con 5 disparos. Más tarde se enteraron que solamente tenía un martillo y estaba desarmado.

En diversas entrevistas que dieron los familiares, sus hermanas resaltaron la sensibilidad de Sean con las problemáticas sociales, que leía a Malcom X y entre los últimos mensajes que recibieron era una petición de Justicia por George Floyd. “Fue arrestado equivocadamente varias veces, por la forma en que se ve fue estigmatizado”, dijo su hermana Ashley. “Tenía tatuajes, se vestía de cierta manera… Siempre intentaron detenerlo”.

“No hizo nada que pudiera ser una amenaza para el policía o para nadie más”, dijo John Burris, el abogado de la familia Monterrosa, en una conferencia de prensa. “Aún si hubiera tenido una, tampoco intentó desenfundarla. No había motivos para dispararle” agregó.