De acá al Congo, pasando por Nueva York

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Presiones y chantajes cruzados Buitres y K

 

 

Atajando el “dólar fuga”

 

Las primeras semanas de Alejandro Vanoli al frente del Banco Central muestran que el gobierno decidió tomar alguna medida frente a la disparada del dólar. Como señalamos en la edición anterior, descartada por ahora la devaluación, el camino elegido fue apelar en variados tonos, de la súplica a la amenaza, a la buena voluntad de los que tienen los dólares.

El “ataque al contado con liquidación” convergió desde varios frentes. Primero, lo policial: controles y amenazas a cuevas, sumados al anuncio de poner bajo la lupa 8.000 millones de dólares de importaciones por parte de 50 grandes empresas. Sin duda que ahí debe haber hermosas sobrefacturaciones o directamente importaciones inventadas, pero el pato de la boda no es ése. Segundo, los ruegos a las grandes cerealeras para que liquiden sus dólares. Éstas prometen unos 4.500 millones de dólares; el gobierno espera bastante más. Y tercero, por el momento lo más importante (porque es inmediato), el gobierno pidió a las grandes aseguradoras que liquiden buena parte de las tenencias de dólares de su cartera de inversiones, vía la combinación de amenaza con seducción (recibirían, a cambio de unos 1.000 millones de verdes, un bono atado al dólar oficial más un interés). Con las primeras liquidaciones de las aseguradoras alcanzó para bajar el “dólar fuga” de 15 a 13 pesos, y el gobierno espera que siga calmo… un par de semanas más. Todo con el telón de fondo de la promesa de no devaluar (por ahora, como todo).

 

De Buenos Aires a Nueva York, una historia de final abierto

 

Mientras tanto, las peripecias del juicio con los buitres siguen su curso, con novedades curiosas y jugosas. Pero antes de contarlas, consignemos que el gobierno vuelve a dar señales de que estaría dispuesto a cerrar el capítulo buitres-deuda-default en 2015.

Esas señales las dieron dos de los más altos funcionarios económicos, ante la audiencia que más importa. En efecto, el ministro de Economía Axel Kicillof, en reunión con directivos de empresas yanquis el 9 de octubre en la sede de la embajada argentina en EE.UU., aseguró que la intención del gobierno es resolver el tema en enero. Y el presidente del BCRA, en una reunión organizada en Washington por JP Morgan, sostuvo ante 20 fondos de inversión que “en el primer trimestre de 2015” se iba a encarar el tema holdouts (El Cronista Comercial, 13-10-14).

Dejemos de lado las sutilezas cronológicas (“enero”, dijo Kicillof; “febrero”, había prometido la ministra de Industria Débora Giorgi a la patronal automotriz; Vanoli habla, más cautamente, de “primer trimestre”). Lo relevante es que la intención oficial será no sólo cerrar el “caso” buitres, sino llegar a un acuerdo con la totalidad de los holdouts(los que quedaron fuera de los dos canjes), “sean buitres o no”, como explicó Kicillof.

No será tarea fácil, teniendo en cuenta que “los buitres ahora para arreglar quieren el pago de la totalidad de su tenencia, entre 4.200 y 6.000 millones de dólares. Ya no está sobre la mesa el acuerdo parcial por 1.400 millones” (un banquero en la reunión del FMI en Washington, El Cronista Comercial, 13-10-14). A eso hay que agregar, recordemos, el resto de los holdouts. El paquete de bonos a emitir, en caso de acuerdo, va a ser bien abultado. Las gestiones “privadas” de bancos diversos (yanquis, brasileños, chinos, argentinos…) seguirán en la clandestinidad hasta el 1º de enero. De todos modos, ni los propios cuadros kirchneristas se atreven a anticipar el rumbo que efectivamente tomará el gobierno respecto de los buitres ya en 2015. Después de lo del 30 de julio, quedaron escaldados y ya no dan nada por seguro.

Por otro lado, siguen, ya cada vez con menos expectativas, las audiencias en el juzgado de Griesa entre los abogados de la Argentina, los de los buitres y el mediador Pollack. Como Argentina ya dejó en claro que no hará ni amago de ofertar nada que viole la cláusula RUFO (la que prohíbe ofrecer a acreedores condiciones mejores a las de los canjes), la única incógnita pasa por saber si los bonistas “palomas” poseedores de bonos Par en default seguirán pacíficos o pedirán la “aceleración” (reclamo de pago del total del bono más intereses).

Por su parte, los buitres le reclaman a Griesa que multe a la Argentina “en desacato”, cosa que probablemente sucederá, y, sobre todo, que se anime de una vez a embargar los fondos depositados por el gobierno argentino y que siguen en un limbo, sin cobrarse ni embargarse. El juez Griesa, haciendo gala de una cintura política insospechada, se viene haciendo el distraído al respecto y sigue dilatando una decisión tan drástica. Pero en estos momentos, la apuesta principal de los buitres no es legal sino política.

 

Del Congo a Buenos Aires, una historia aleccionadora

 

Como se sabe, los fondos buitres no se dedican a dar préstamos comunes, sino a comprar bonos de países en default o próximos a estarlo por mucho menos de su valor nominal, para después reclamar el 100% del valor de esos bonos. El maestro de esa operatoria es Paul Singer, del Fondo Elliott. Un caso de manual, que hemos citado en estas páginas, fue la compra de bonos del Perú. Pero hay un antecedente más lejano que ahora viene muy a cuento. En los 90, Singer se dedicó a la compra de bonos de países africanos, muchos de ellos gobernados por dictaduras en guerra civil, sabiendo que “una vez caído el dictador en cuestión, inmediatamente habría acuerdos con los organismos como el Banco Mundial o el FMI, que liberarían ayuda financiera para que se cierre la sangría financiera del endeudamiento [lo que implica pagar a todos los acreedores como Singer. MY]. Logró este negocio con Congo Brazzaville, Nigeria, Liberia y República Centroafricana, entre otros” (C. Burgueño, Ámbito Financiero, 10-10-14). Pero resulta que uno de ellos, el de Congo, “se mantuvo en el poder, declaró la bancarrota y llegó el default, lo que derivó en el tradicional juicio de Singer. El dictador en cuestión, el general Denis Sassou Nguesso, se le plantó al fondo buitre y se negó a pagarle una deuda de 90 millones de dólares, comprada en menos de 12 millones” (ídem).

La historia, según cuenta Burgueño, termina así: el hijo del presidente, Denis Christel Sassou Nguesso, menor de edad, se daba la gran vida en Nueva York, París y Dubai (parece que se gastó él solito varios millones de dólares). Singer, impaciente con la lentitud del juicio (no tendría Griesas a mano por entonces) contrató investigadores privados que consiguieron pruebas de estas andanzas no sólo moralmente corruptas sino ilegales. Luego, los abogados de Elliott las exhibieron en teleconferencia. El escandalete fue replicado, suponemos nosotros, por Lanatas o Telenoches congoleños. ¿Resultado? Sassou Nguesso padre pagó sin chistar los 90 palos verdes, las denuncias públicas terminaron y el general sigue dirigiendo los destinos de la República del Congo como desde 1997. Y todos contentos.

Pues bien, está en marcha un operativo extorsivo similar por parte de Singer, sólo que esta vez el blanco no es hijo de la presidenta sino el empresario Lázaro Báez, desde siempre sospechado de testaferro de los Kirchner. El miércoles 8, los abogados del Fondo Elliott de Paul Singer dieron una teleconferencia (¡el mismo modus operandi!) sobre “la ruta del dinero” de las cuentas de Báez (Uruguay, Bahamas, Suiza, Liechtenstein). Gracias al “discovery” habilitado por el fallo de la Corte yanqui en junio, los buitres tienen derecho a reclamar a los bancos información sobre cuentas de funcionarios, ex funcionarios, empresas estatales, etc.

La idea original del discovery era detectar fondos estatales para pedir el embargo. Pero los buitres rápidamente dedujeron que, si bien no había nada que valiera la pena económicamente, las cuentas de Báez (con 123 empresas registradas en EE.UU.) eran una mina de oro en lo político. Así, las denuncias de los buitres fueron sin escalas a la tapa de Clarín del jueves 9 de octubre. Y ese mismo día, Sabbatella y la AFSCA anunciaron la decisión de dividir de oficio el Grupo Clarín para adecuarlo a la ley de medios. Los que creen en teorías conspirativas se deben haber hecho un festín…

Los buitres usan a los pulpos mediáticos para extorsionar al gobierno; los pulpos aprovechan la data buitre en su pulseada contra los K; el kirchnerismo aprovecha para poner en el mismo plano a Clarín y los buitres. Como de costumbre, todos dicen la verdad (en las manchas del otro) y todos mienten (al afirmar su prístina inocencia). ¿Habrá más informaciones para este boletín, o Singer y el gobierno harán la Gran Congo?

Marcelo Yunes

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