En las últimas semanas, trabajadores, vecinos, docentes y estudiantes de la zona sur del Gran Buenos Aires estuvimos realizando campañas de donaciones, recibiendo y juntando alimentos, ropa, artículos de limpieza y confeccionando barbijos para repartir a diferentes hospitales y comedores de la zona.

La repartición de barbijos y artículos de limpieza fueron a los hospitales más importantes de la zona donde se atiende la gran mayoría de la población del conurbano sur: el Evita de Lanús, el Fiorito de Avellaneda, el Gandulfo de Lomas de Zamora y el Iriarte de Quilmes.

En estos hospitales, al igual que en muchos hospitales del país, las y los trabajadores de la salud vienen denunciando la falta de elementos de seguridad e higiene, tanto para sus pacientes como para el personal. A falta de insumos y presupuesto por parte del Estado, las y los trabajadores apelan a la solidaridad de la comunidad difundiendo por las redes los insumos que están en falta. También estuvimos repartiendo donaciones de alimentos en las zonas de Quilmes, Berazategui y Alt Brown realizando ollas populares, impulsando la iniciativa desde abajo y dejando un canal de organización con la colaboración las y los vecinos.

Familias enteras ante la cuarentena no pueden salir a ganarse el salario y el Gobierno tampoco da una respuesta ni una salida para que las y los trabajadores puedan seguir cumpliendo el aislamiento obligatorio sin morir de hambre en el camino. En la lógica capitalista del que se salve el que pueda, somos las y los trabajadores y la juventud quienes estamos al pie de cañón para cuidarnos entre nosotros y cuidar a las y los trabajadores de la salud, quienes están en la primera línea enfrentándose contra esta pandemia.

La juventud tejiendo lazos con las y los trabajadores

Ante las presiones individualistas y deshumanizante a las que lleva la cuarentena, intentamos romper el aislamiento social, encontrando en estas actividades un motor,para construir lazos solidarios y cumplir un rol activo ante la crisis.

Los trabajadores nos recibieron con alegría, nos agradecieron, felicitaron e incluso se suman de forma voluntaria a la campaña de donaciones. Creemos que la juventud tiene que involucrarse, formándose para comprender cada vez mejor las causa de la crisis, pero también poniendo el cuerpo, con todas las medidas de prevención necesarias, impulsando las campañas de donación y voluntariados en nuestros barrios e impulsando que se discuta sobre esta problemática en nuestras universidades, para generar así lazos de solidaridad con las y los trabajadores que son los que hoy le ponen el cuerpo en la primera línea y son los que mejor saben cómo habría que organizar la sociedad para que esto vaya en pos del bienestar de la mayoría y no de conservar las ganancias de unos pocos.

Vamos a necesitar a mucho más jóvenes para acompañar todos los reclamos, las denuncias, las campañas y las luchas que surgen desde abajo. Como nos demuestra “la primera línea” de la rebelión chilena, tenemos que estar a disposición de ayudar a quienes más lo necesitan, de cuidar a las y los que nos cuidan. Es lo que hoy podemos aportar desde nuestro lugar, garantizando todos los cuidados de salud necesarios con seriedad y sin subestimaciones.

¡Continuemos tejiendo lazos con les trabajadores organizando la solidaridad por abajo entre los trabajadores, las mujeres, la diversidad y la juventud, para que la cuarentena no la rompa el hambre!