Fuerte caída del empleo y el salario en el sector privado

La caída registrada en abril, de 128 mil empleos registrados privados (-2,2%), es comparable con la caída del empleo más alta de la crisis de 2002 que se dio en el mes de enero (-2,7%) y muy superior al efecto de la crisis del 2008/2009, donde el peor registro se dio en diciembre 2008 (-0,7%).

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06 April 2020, Chile, Santiago: People wearing face masks crowd as they wait to collect unemployment insurance for people who are affected by the Coronavirus outbreak. Photo: Francisco Castillo/Agencia Uno/dpa06/04/2020 ONLY FOR USE IN SPAIN

Desde el comienzo de la cuarentena, los trabajadores venimos sufriendo los despidos, los recortes salariales y la falta de protocolos que de verdad prevengan el contagio en lugar de priorizar la ganancia de los patrones. Para ilustrar aún más la situación grave en la que se encuentran los trabajadores, tomemos un informe del Ministerio de Trabajo denominado “Situación y Evaluación del Trabajo Registrado” donde se refleja una caída nominal en los salarios de los trabajadores registrados privados, que han recibido el impacto de los despidos (supuestamente prohibidos por decreto) y las suspensiones con rebaja salarial (avaladas por el gobierno nacional).

Según el informe del Ministerio de Trabajo, en abril, primer mes completo donde se aplicó el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), se perdieron 128.000 puestos de trabajo en el sector privado(una caída del 2,2%) y 60.000 empresas suspendieron un número de 715.000 trabajadores  (que representan un 12% del sector privado). Estos son números declarados, pero bien sabemos que si consideramos el sector informal estas cifras son más elevadas.

La caída registrada en abril, de 128 mil empleos registrados privados (-2,2%), es comparable con la caída del empleo más alta de la crisis de 2002 que se dio en el mes de enero (-2,7%) y muy superior al efecto de la crisis del 2008/2009, donde el peor registro se dio en diciembre 2008 (-0,7%).

Además, se habla de una caída nominal del 7,9% en los ingresos de los trabajadores del sector privado registrado con respecto al mes de marzo, sin contar la inflación de abril. En  un acto de hipocresía en la que se creería que los trabajadores no vivimos en la realidad, ante estos números, el informe no puede dejar de señalar todas las medidas tomadas por el gobierno para “sostener el empleo y los ingresos laborales”, entre los cuales se encuentran

el programa para la Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) -que incluye el salario complementario y el crédito a tasa cero al trabajo independiente-, un esquema de suspensiones con sostenimiento de una parte sustancial del salario, el crédito a tasa subsidiada para empresas, la implementación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), las prórrogas a la prohibición de despidos sin justa causa, por causa económica o fuerza mayor, del programa Precios Máximos y la ampliación del seguro por desempleo.

Una lista de medidas donde tenemos las que nadie respeta (como la prohibición de despido o los precios máximos), las que subsidian empresarios que se la vienen llevando en pala y ahora supuestamente “no pueden pagar los salarios” (el caso de las ATP, con casos de subsidios a Coca-Cola, Volkswagen, etc.) y las que son insuficientes (como el IFE, 10.000 pesos por familia que no alcanzan ni para el alquiler). Lo que está de fondo es que el gobierno no tomó ninguna medida de fondo para beneficiar a los trabajadores y que puedan tener una cuarentena digna. No nos olvidemos que la CGT, la UIA y  el gobierno nacional avalaron las suspensiones con rebajas salariales de hasta un 25% (con la posibilidad de revisar casos donde la rebaja pueda ser incluso mayor), dejando a trabajadores que se rompieron la espalda toda su vida laburando sin una parte sustancial de su ingreso en una situación de crisis.

Mientras tanto, a los empresarios no se les toca ni un peso de su patrimonio, empresarios que en medio de esta crisis reciben subsidios y no les importan los contagios que aumentan día a díaen los lugares de trabajo. Las medidas que supuestamente protegerían a los trabajadores no se ven precisamente en los lugares del trabajo, donde todos los días nos encontramos con más denuncias, ya sean de contagios, de suspensiones o de despidos.

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