Brasil | Fracasa proyecto de ley bolsonarista para prohibir anticonceptivos

Máricio Labre, diputado por San Pablo del PSL – el partido de Bolsonaro -, presentó el primero de febrero un proyecto de ley profundamente misógino, que buscaba restringir y penalizar el acceso a ciertos anticonceptivos. Era tan evidentemente escandaloso, que sólo unas horas después debió retirarlo con la excusa de que “tenía un error de redacción”.

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Por Tofi Mazú

 

El proyecto presentado por Labre es un vómito oscurantista. Comienza escudándose en que busca “proteger la salud de la mujer”… negándole su derecho a la anticoncepción. Plantea, línea tras línea, que las mujeres vivimos engañadas creyendo que cantidad de métodos que “se nos presentan como anticonceptivos, son en verdad métodos micro-abortivos”. Entre ellos se incluyen el DIU, la píldora del día después, el implante subcutáneo de liberación de progesterona (Norpant),  la píldora RU 486, la inyección anticonceptiva o, según las palabras del autor del proyecto, “cualquier procedimiento, sustancia o dispositivo que provoque la muerte de un ser humano ya concebido” (Sic.). Se escudan en que todos estos métodos evitan la implantación de un posible feto y, con argumentos pseudocientíficos, transforman la anticoncepción en aborto. Luego de utilizar a la ciencia como un falaz argumento, los autores del proyecto explican que cuentan con “la protección de Dios”.

Todo esto, además, lo hace declarando que estas prácticas eran perpetradas por el antiguo Ministerio de Salud y que ahora la situación es otra (gobierna Bolsonaro) y que la población creyente ha aumentado y su voz ha ganado peso. No por nada, en la carátula de la ley figura que ha sido impulsada por “Mujeres por la Vida, un ejército de férreas defensoras de la vida intrauterina”: al menos reconocen que la única vida que defienden es la del feto.

La forma en la que buscan acabar con casi toda la anticoncepción no es sólo dejar de producirla. En el país del milico fascistoide de Bolsonaro, las cosas se hacen por la vía del brazo policial. Pretenden requisar todas las píldoras y dispositivos en cuestión y destruírlos. Pero no únicamente los que estén siendo comercializados en farmacias, sino que también pasaría a ser penalizada la tenencia de los mismos, como si se tratara de una bolsita de cocaína. Lo que aún no podemos dilucidar es de qué modo la policía (no un médico, la policía) confiscaría a una mujer, por ejemplo, un DIU que ya está implantado… Tal vez sea ese el “error de redacción” (?).

 

Los reaccionarios y el movimiento feminista

Nadie puede negar que estamos empezando a vivir tiempos más convulsos. Que mientras se agudizan los ataques contra el conjuntos de las y los explotados y oprimidos, crece y se fortalece una respuesta por abajo; a la par de que, cuando el pueblo trabajador plantea sus demandas con más fiereza, la reacción arremete de forma brutal. Los embajadores del capital, de las fuerzas armadas y de los sectores más conservadores de la sociedad empiezan a ganar más peso político: se yerguen como presidentes y minsitros. Tal es el caso de Guaidó y su golpe de Estado, completamente gestado desde el riñón del imperialismo de Trump. Tal es el caso de todos los “líderes” del G20 que se reunieron en cumbre en nuestro país. Tal es el caso del neo-fascista de Bolsonaro en Brasil. Por la vía de la democracia burguesa, o por la vía de los propios huecos de la misma, brotan en todo el mundo como margaritas.

En este contexto internacional de giro a la derecha y polarización, uno de los sectores que más se oponen a estos monstruos capitalistas es el movimiento de mujeres y LGTTBI. Como son profundamente reaccionarios y misóginos, defensores de la familia patriarcal como institución y aleccionadores de las más vulneradas, despiertan la bronca de millones de mujeres, trans y travestis, de la comunidad homosexual y quienes acompañan sus luchas en todos los puntos del globo. Cuando asumió Trump, junto a la población negra, las primeras que salieron a repudiarlo fueron las mujeres con el “MeToo”. Cuando se candidateó Bolsonaro, las brasileras respondieron gritando “Elle Nâo” y, con ellas, flameaba la bandera del arcoíris. Así como ningún ataque hacia las mujeres y la diversidad, en esta cuarta ola feminista, queda sin respuesta; ninguna respuesta queda sin castigo por parte de los reaccionarios, que pretenden mantener a las mujeres esclavizadas en la casa o doblemente oprimidas en los lugares de trabajo. Con las mil y una limitaciones que este movimiento aún tiene, ha sabido plantar cara a las ideas más medievales que promulgan estos funcionarios y “líderes”. Por eso es que le temen como a la peste y redoblan su apuesta para llevar hasta el final su programa capitalista y patriarcal.

 

Así piensan quienes gobiernan este mundo

El yugo que pesa sobre las mujeres no es un invento nuevo. De hecho, todos los gobiernos de corte “progresista” en América Latina han mantenido el aborto clandestino. Pero son estos monstruos empresarios y religiosos que dominan la escena quienes permiten que brote la cloaca reaccionaria desde las entrañas del atraso imperante: los oscurantistas se sienten más libres de ser oscurantistas, al estar de la mano de Bolsonaro. Estamos hablando de gobiernos que tiene cada vez menos medias tintas, menos mediaciones para expresar lo que implica y significa este sistema repodrido.

A pesar de que por ahora el proyecto ha sido retirado, es una clarísima demostración de cómo piensan los funcionarios del PSL, y todos los presidentes, diputados y Senadores que en el mundo han salido a aplaudir el triunfo del neo-fascista en Brasil. Pretender negar algo tan básico como el acceso a una diversidad necesaria de anticonceptivos (pues cada persona debe poder elegir, junto a profesionales de la salud, cuál es el más indicado para su cuerpo y sexualidad) es literalmente retroceder en el tiempo. Es ir más lejos que nunca en el avasallamiento que las mujeres y trans sufrimos al no poder decidir sobre el propio cuerpo. Nos quieren hacer retroceder décadas.

Esta intento, por ahora fallido, de encadenar a las mujeres y personas con capacidad de gestar a la maternidad lisa y llanamente obligatoria es un nuevo elemento a tener en cuenta para poner en pie organizaciones de mujeres y el conjunto de los explotados y oprimidos. Los reaccionarios no pueden pasar. Y este proyecto no pasó, apenas si duró unas horas.

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