Al borde del precipicio

Argentina arrancó el día con una mega corrida contra el peso. El día de ayer ya había sido casi catastrófico con un dólar que había llegado casi a los 45 pesos. Hoy ya superó los 47. Esta situación no se aguanta más, Macri no se aguanta más.

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A su vez, el riesgo país alcanzó su récord en la gestión de Macri al superar los mil puntos. Se trata de la medición más grande de este indicador desde febrero de 2014, cuando alcanzó los 1018 puntos. Las acciones de las empresas argentinas que cotizan en Wall Street tuvieron a su vez una enorme caída de 13 puntos.

La cotización del dólar alcanzada el día de hoy es la más alta en mucho tiempo. El país vive desde hace un año una crisis sin fin. La pulverización sostenida y sistemática de la cotización del peso se ha convertido en cosa de todos los días. ¡A principios del año pasado el dólar estaba a 19 pesos! El salario pierde así su poder de compra mientras todos los demás precios se dolarizan. La fuerza de trabajo es la única mercancía que se cotiza en moneda local.

Hace apenas una semana atrás Cambiemos había anunciado su plan de “paliativos”. Si ya se sabía que se trataba de una completa mentira, la corrida contra el peso echó por tierra las medidas anunciadas por Dujovne y Macri irremediablemente en apenas unos días.

Estamos frente a un verdadero “golpe de mercado”. Son ellos, los grandes capitalistas, los banqueros, los patrones rurales, los financistas, quienes quieren resolver los destinos del país a fuerza de golpes devaluatorios. Así imponen su voluntad incluso pasando por arriba de un gobierno de los suyos, que ha demostrado ser demasiado débil o demasiado inepto para hacerlo por la vía política.

Esta situación no se aguanta más. Hace tiempo que lo decimos desde esta página y, a riesgo de sonar repetitivos: Macri no se aguanta más. Desde el año pasado que decimos también que son los trabajadores y el pueblo quienes deben decidir el rumbo del país y no “los mercados” de forma antidemocrática como viene ocurriendo.

Lo que está sucediendo frente a nuestros ojos es el desbarranque del plan de ajuste acordado entre Macri y el FMI. Se trata de un fracaso completo y evidente de esa política y, por acción u omisión, de todos los partidos patronales que le garantizaron a Macri la gobernabilidad.

La renovada sumisión al Fondo Monetario Internacional y a una deuda impagable que sólo benefició a los grandes capitalistas nos ha puesto a los pies de banqueros y especuladores. Son ellos antidemocráticamente quienes realmente gobiernan el país.

Hay que romper inmediatamente con el FMI y suspender automáticamente el pago de la deuda externa. Levantamos un programa para que la crisis la paguen los capitalistas: prohibir despidos y suspensiones, congelar las tarifas a sus valores del 2016, aumento de salario generalizado con la canasta familiar como piso actualizado todos los meses, nacionalizar toda empresa que suspenda o despida. Para que el pueblo decida hay que convocar a una Asamblea Constituyente.

 

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